La enfermedad de Lyme es transmitida por la picada de una garrapata y es prevalente en todos los Estados Unidos y el mundo. Las garrapatas no conocen fronteras o respetan límites. El área de residencia no refleja con precisión el riesgo de contraer la enfermedad de Lyme, porque las personas y las mascotas que viajan pueden transportar con ellas, a su destino, las garrapatas infectadas. Esto crea una dinámica que da lugar a numerosas oportunidades para exponerse a la enfermedad de Lyme en cualquier sitio en donde hay árboles, pastos y bosques.