TESTIMONIOS
En esta página encontrarás testimonios de diferentes personas que tienen la enfermedad de Lyme (Lyme Disease) o conocen a alguien enfermo con Lyme. Cada persona tiene una historia única que contar.
TESTIMONIO 1
Me encontraba a mitad de mi embarazo cuando se me presentá un comienzo de “gripa”…escalofríos, sudores, nariz constipada, dolor de cuerpo, etc. Me preocupé mucho, ya que puede ser peligroso el contraer un resfriado cuando se está embarazada. El tiempo pasó y tuve a mi hermosa nena, llenándome de felicidad la vida. Pero, había algo extraño en mi. Pensé, “tal vez te dio depresión post-parto o el llamado “baby blues”, por eso estás tan triste y cansada”. “Ya se te pasará”. Pero, a la misma vez pensaba, “no, yo no estoy triste“. ¿Cómo? ¡Si tengo el regalo más grande por el cual esperé tanto! Lo que pasa es que estoy agotada física y mentalmente. Es que estás dando el pecho. ¡El bebé te está comiendo! Aliméntate bien y toma hierro, pues tal vez sea anemia. Pero, si mi dieta está muy bien balanceada. ¡No entiendo! No puedo concentrarme en nada. ¡Es como estar sin estar! Como que me siento volando. ¿Y si es sicológico? Tal vez necesitas algún anti-depresivo. No…¿y qué hago con el insomnio que tengo? No puedo descansar de noche y no es por mi bebita, ya que tengo ayuda de mi familia. Así seguí pensando hasta que después de seis meses de síntomas una mañana sentí que me moría. Le dije a mi marido, “vete despidiendo que este es el último día que me vas a ver con vida”. Por lo menos así fue como me sentía y de inmediato fuimos al doctor y le pedí que me hiciera un perfil hormonal y de anemia y mi corazonada también me hizo pedir una prueba para detectar la enfermedad de Lyme. Unos cuantos días después, el doctor me dijo que estaba en excelente estado de salud y que mis hormonas se estaban nivelando a su normalidad después del embarazo, sin nada de anemia y nada de Lyme. Pero, le dije al doctor que me sentía que estaba muriendo en vida y no me podía salir de mi cama. Además, al cargar o cambiar o bañar a mi niñita los huesos de las manos, dedos, nudillos y coyunturas me dolían. También, cuando me platicaban mis amistades no entendía que me decían y me costaba trabajo encontrar las palabras al momento de hablar. La cadera la tenía paralizada, como dura, y no era por el parto. Las piernas también estaban rígidas. Tenía un músculo en mi párpado que se movía solo constantemente. Estaba feliz y de repente me irritaba con facilidad, por nada. ¡Algo no estaba bien! Yo seguía pensando, “necesitas un descanso”. “Tal vez pídele a tu madre o a alguien de tu familia que te ayude con el bebé mientras te relajas un poco”. Pero, mi intuicián no me falló y a las tres semanas me volví a hacer el perfil de Lyme Disease y esta vez pedí que lo mandaran a tres laboratorios distintos. Investigué cuáles laboratorios son los más acertados en el difícil diagnóstico de Lyme y en efecto, después de perder valiosísimo tiempo, que pude haber ocupado para atacar la enfermedad temprano, el resultado fue positivo. “Pues sí, era Lyme”. Ahora llevo casi siete meses y medio tomando cuatro antibióticos orales, uno intramuscular, tomando algunas medicinas alternativas y teniendo mucha paciencia y esperando a sentirme bien como me sentía antes de enfermarme con Lyme. Un doctor, especialista en tratar Lyme Disease y quien ha resuelto más de 13,000 casos de esta enfermedad, me dijo una vez, “es una ruta larga para tu recuperación”. Ahora, yo quiero gritarle a la gente que esta es una epidemia callada que está atacando a niños y a adultos, a pobres y a ricos, a todas las razas y puede estar en el jardín de tu casa. Cada vez que veo gente tirada en el parque haciendo un picnic paro el auto y les explico acerca de revisarse la piel y buscar si alguna garrapata les ha picado. Puede ser que me vean como una loca, pero si alguien puede beneficiarse de mi experiencia, entonces eso me tranquiliza.
TESTIMONIO 2
Yo no soy una víctima de esta terrible enfermedad, pero he visto los estragos que ha causado en la gente más querida y cercana a mí. He visto cómo un ser humano vibrante se puede llegar a debilitar física, mental y emocionalmente de una forma alarmante. No puedo creer cuando sentada en frente de mi mejor amiga de hace 15 años ella se me quedó viendo de una forma que me tansmitió una angustia desesperada. “No me lo vas a creer, pero no me acuerdo de tu nombre”, me lo dijo entre lágrimas y risas de nervios. Más adelante, aprendí que esta enfermedad, si no es tratada a tiempo, afecta de una manera impactante el sistema nervioso, la memoria, la concentración y la interpretación de la información que se ve o se escucha. El enfermo no puede procesar, en ocasiones, las palabras que se le dicen o la información de un periódico o revista. Muchas veces ven o hablan las cosas al revés, como si fueran disléxicos. Ellos se frustran y les da una ansiedad tremenda. Es por eso que el Lyme Disease se confunde en muchos de los casos con la enfermedad de Alzheimer, trastornos psicológicos o depresión severa. Afortunadamente, mi amiga ya está siendo tratada y espero de verdad en un futuro cercano poder mirar al pasado con mi amiga y reirnos de esa tarde en la cual ella no supo mi nombre.
TESTIMONIO 3
Tengo 71 años y me acaban de diagnosticar con la enfermedad de Lyme. Yo siempre he sido una mujer llena de vida y energía. ¡Siempre dije que voy a vivir hasta los 115 años de edad! Pero, en el verano pasado me invitaron a una hortaliza de manzanas a cortar de los árboles las más grandes y jugosas para llevarlas a casa. Me encantó la idea, así que me lancé a la aventura. Cuando terminamos nuestra odisea, yo descubrí una marca roja en mi pantorrilla. Me dio comezón y al rascarme se formó como una franja roja e irritada. Una de mis hijas me dijo, “ten cuidado, dicen que hay unas garrapatas que vienen de los venados que si te pican te da cansancio de por vida”. Qué exagerda y dramática, pensé contestándole que seguramente había sido una araña, ya que la picadura se veía diferente y no le di más importancia. A los dos meses comencé a sentirme extraña. Me dolían todos los músculos de mi cuerpo y las coyunturas. ¡Estaba a-go-ta-da! No podía salir de mi cama. Cai en una depresión. ¡Yo que nunca había sabido de eso! Me dolía la cabeza y me faltaba el aire. Mi hija, que ya había leído sobre el tema, me sugirió que me hiciera una prueba de sangre para detectar la enfermedad de Lyme. Así que, de inmediato fui al médico y a las semanas, “sorpresa, tienes la bacteria en el cuerpo”. Comencé con antibióticos y probióticos pero mi mejoría era nula. Así que, mi doctor me cambió a otro tratamiento más fuerte y ahora estoy empezando a ver resultados. Hay días en los que me siento yo de vuelta, pero cuando sigo mi ritmo de vida normal (el que llevaba antes del Lyme) me canso inmediatamente y me tumbo en la cama el día entero. Tengo que ser medida en como invertir mi energía y tengo que cuidar mi alimentación, ya que me encantan los postres y desafortunadamente el azúcar es como gasolina para la bacteria de Lyme. El pan es mi vicio, la pasta y la papa también. Pero, si como esas cosas, éstas pueden causarme infecciones fungales (por exceso de levadura/hongos que se alimentan de azúcares y otros carbohidratos) en distintas partes del cuerpo. Entonces, de ser la mujer salud, llena de vida y alegría pasé a ser muy mesurada y precavida. Yo voy a vencer esta enfermedad, cueste lo que cueste…aunque lleve tiempo, esfuerzo y mucho dinero para pagar estos tratamientos tan costosos porque, como dije antes, quiero vivir hasta los 115 años. ¡Y quiero vivirlos saludable!
TESTIMONIO 4
He pasado 5 años de mi vida en instituciones psiquiátricas con todo tipo de terapias psicológicas. Me han recetado todas y cada una de las distintas marcas de medicamentos antidepresivos y pastillas para dormir. Me han dado las rutinas clásicas de dieta y ejercicios para subir la estámina y energía que, según ellos, mi depresión y psicosis me quitaba. Hasta que un día cenando en casa de los padres de un amigo, su madre, quien se encontraba bajo tratamiento muy agresivo para tratar la enfermedad de Lyme, me comenzó a preguntar decenas de cosas. Ella, ya empapada en el tema de esta enfermedad, me dijo clara y segura de sí “tú tienes Lyme Disease”. Así que, al día siguiente me fui directito al consultorio médico y pedí un perfil de la enfermedad de Lyme. ¡Lo que me pareció muy extraño fue que el doctor mandó a hacer los exámenes de sangre a dos laboratorios distintos…y en un laboratorio salió el resultado positivo y en el otro negativo! ¡Qué locura! Luego, el doctor hizo una toma de sangre más y la prueba resultó ser positiva. Entonces, busqué un doctor especializado en tratar Lyme Disease y comencé con mi tratamiento. Era claro para él que mis síntomas fueron confundidos con psicosis, depresión, cansancio severo y ansiedad e insomnio. Un doctor que no sabe mucho sobre los síntomas que de la bacteria que causa Lyme en el cuerpo puede dar un giro completo al “etiquetar” la enfermedad con otro nombre. Así que, perdí muchos años de tener calidad de vida, tratándome como paciente con problemas mentales, en vez de haber agarrado esta terrible bacteria desde el principio y parar la avalancha de síntomas tan confusos desde sus comienzos.